- 4 calamares medianos o dos grandes, a ser posible de potera
- 3 cebollas aprox.
- 5 ajos enteros y sin pelar
- Una o dos hojas de laurel
- Medio vaso de aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta molida.
Limpiamos los calamares quitándoles la tinta y la suciedad interior. Podemos dejarles la piel, los lavamos y dejamos escurrir muy bien antes de sazonarlos.
Troceamos la cebolla en juliana, la sazonamos y la ponemos a freír a fuego suave con bastante aceite de oliva.
Cuando la cebolla esté a medio hacer le añadimos los calamares, los ajos enteros y el laurel. Tapamos y dejamos cocer a fuego lento, dándoles la vuelta de vez en cuando para que no se peguen.
Poco antes de apartarlos del fuego subimos éste de temperatura para que la cebolla termine de hacerse y el resultado es una “tapilla” exquisita.
Una Alternativa...
Otra manera de obtener un buen calamar en aceite es cocinarlo con los ingredientes anteriores pero sin cebolla y añadiéndoles un chorrito de vino blanco:
Ponemos el aceite en una sartén u olla, y sobre este colocamos el resto de ingredientes: calamares salpimentados, hoja de laurel, dientes de ajo y chorrito de vino blanco. Cocemos a fuego muy suave tapando el recipiente y dándoles la vuelta a los calamares hasta que queden blanditos.
Una vez que el calamar está en su punto, si observamos que no ha consumido todo el jugo que desprende al cocinarse, subimos la temperatura del fuego y en un par de minutos gastará el líquido quedando sólo en aceite.
He probado las dos variantes y prefiero con cebollita. Están deliciosos!!!
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