- 500 gr de bacalao.
- Una cebolla grande.
- Tres tomates rojos y maduros.
- 100 ml de vino blanco.
- 200 ml de agua.
- 6 almendras.
- Un trozo de miga de pan de la víspera.
- Tres cucharadas de pasas sin semillas.
- Un puñado de piñones.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal.
Troceamos el bacalao y lo desalamos sumergiéndolo en agua al menos 24 horas antes. Cambiamos el agua cada ocho horas y siempre manteniéndolo en el frigorífico.
Ponemos a calentar el aceite en una sartén a fuego suave, una vez caliente echamos las almendras y los piñones que freiremos durante 30 segundos, apartamos y en ese mismo aceite doramos la miga de pan por todos sus lados, una vez dorada la apartamos al mortero junto con las almendras pero sin los piñones, que apartamos y reservamos.
Secamos con un papel absorbente cada trozo de bacalao. Una vez bien secos los enharinamos y en el aceite de haber hecho todo lo anterior los freímos por ambos lados y los apartamos sobre papel absorvente.
Colamos el aceite en otro recipiente y calentamos a fuego suave. Añadimos la cebolla picada en trocitos muy pequeños y la dejamos hacer hasta que quede blanda pero sin quemarse.
Rallamos los tomates y los incorporamos a la sartén, sazonamos y dejamos freír a fuego suave hasta que el tomate gaste todo su agua. A continuación añadimos las pasas y los piñones, removemos e incorporamos seguidamente el vino, dejamos cocer a fuego medio hasta que se evapore el vino.
Majamos lo que teníamos en el mortero (pan y almendras), y lo añadimos a la sartén. Removemos, echamos el agua, rectificamos de sal y colocamos los trozos de bacalo. Cocemos a fuego suave unos cinco minutos o hasta que observemos que la salsa está ligada.
Nota: Es una receta que se puede hacer en la víspera, ya que incluso realza más el sabor.