- Cinco huevos, tamaño "L".
- Un yogur de limón.
- Medio vasito (de los del yogur) de leche a temperatura ambiente.
- Una medida* de aceite de oliva suave.
- Tres medidas de azúcar.
- Cuatro medidas de harina de trigo para repostería.
- Un sobre y medio de levadura, tipo Royal.
- Sal.
- La ralladura de un limón y un chorrito del zumo.
*La medida es la de un vaso de yogur vacío.
Precalentamos el horno a 175 º con calor arriba / abajo.
En un bol cernimos la harina junto con la levadura y una pizca de sal; por otra parte rallamos el limón y reservamos.
Separamos las claras de las yemas, con mucho cuidado de que no caiga nada de yema en las claras.
Montamos las claras a punto de nieve. Para favorecer el montado añadimos una pizca de sal y nos ayudamos de unas varillas eléctricas a máxima potencia.
A continuación, sin dejar de batir, incorporamos de una en una las yemas.
Añadimos el azúcar, poco a poco y sin dejar de batir.
Agregamos el yogur, el aceite, la leche, la ralladura de limón y el zumo. A partir de ahora batimos a la velocidad más baja.
Incorporamos, poco a poco, la mezcla que tenemos apartada de harina, levadura y sal.
Pasado el tiempo abrimos el horno, pinchamos en el centro del bizcocho con una aguja de madera y si sale seca está hecho, y si no horneamos unos minutos más.
Forramos con papel vegetal un recipiente de los que sirven para el horno y echamos la masa. Cocemos a 175 º en el nivel 2 unos 35 minutos, aunque todo esto depende de cada horno.