- 9 huevos tamaño L o medio kilo de huevos sin cáscara
- Medio litro de aceite de oliva tostado
- Medio kilo de harina de trigo
- Medio kilo de azúcar
- Ralladura de un limón
- Zumo de un limón
- Un sobre de levadura "royal"
- Una cucharadita de las de moka de bicarbonato
Estas magdalenas las he hecho junto con mi amiga Paqui, con la receta tradicional que elaboraba su madre en Loja (Granada).
Con estos ingredientes nos salen unas tres bandejas de magdalenas, aproximadamente 36 unidades con moldes grandes o unas 50 con moldes pequeños.
Ponemos a calentar el aceite, cuando empiece a humear apagamos el fuego y lo dejamos enfriar unas horas antes de empezar a hacer las magdalenas.
Separamos las claras y las montamos a punto de nieve. En esta ocasión mi amiga Paqui las ha montado con un batidor manual, de esta manera montan mejor y la masa queda más esponjosa.
A continuación añadimos el azúcar poco a poco, sin dejar de batir.
Mezclamos las yemas y las incorporamos a la masa, seguimos batiendo para que la masa siga cogiendo aire.
Incorporamos la ralladura del limón (es importante no rallar la parte blanca) y su zumo. Mezclamos.
Añadimos el aceite tostado que hemos dejado enfriar, sin dejar de remover la masa.
Finalmente rellenamos los moldes teniendo en cuenta que la masa sube un poco. En esta ocasión hemos experimentado con distintos tipos y tamaños de moldes, no sabría decir cuál es mejor. Antes de meterlas en el horno las espolvoreamos con azúcar por encima.
Es importante colocarlas en la bandeja de horno suficientemente separadas para que el calor llegue a toda la magdalena, de este modo subirá más y se cuece mejor.
Precalentamos el horno a 200º con turbo, calor arriba y abajo, cuando alcance la temperatura metemos la bandeja en el nivel II y bajamos a 180 º para cocerlas durante 18 minutos aproximadamente.
Nota: Estas magdalenas salen muy buenas, se mantienen muy suaves durante bastante tiempo guardándolas en recipiente hermético, si es que duran.
Podemos sustituir el limón por naranja, y quedan también sumamente deliciosas.
Separamos las claras y las montamos a punto de nieve. En esta ocasión mi amiga Paqui las ha montado con un batidor manual, de esta manera montan mejor y la masa queda más esponjosa.
A continuación añadimos el azúcar poco a poco, sin dejar de batir.
Mezclamos las yemas y las incorporamos a la masa, seguimos batiendo para que la masa siga cogiendo aire.
Incorporamos la ralladura del limón (es importante no rallar la parte blanca) y su zumo. Mezclamos.
Añadimos el aceite tostado que hemos dejado enfriar, sin dejar de remover la masa.
Cernimos la harina con un colador y poco a poco la vamos agregando a la masa con movimientos envolventes. Cuando nos quede la mitad por agregar, a la harina restante le añadimos la levadura y el bicarbonato, a continuación seguimos añadiendo harina a la masa sin dejar de mezclar.
Finalmente rellenamos los moldes teniendo en cuenta que la masa sube un poco. En esta ocasión hemos experimentado con distintos tipos y tamaños de moldes, no sabría decir cuál es mejor. Antes de meterlas en el horno las espolvoreamos con azúcar por encima.
Es importante colocarlas en la bandeja de horno suficientemente separadas para que el calor llegue a toda la magdalena, de este modo subirá más y se cuece mejor.
Precalentamos el horno a 200º con turbo, calor arriba y abajo, cuando alcance la temperatura metemos la bandeja en el nivel II y bajamos a 180 º para cocerlas durante 18 minutos aproximadamente.
Nota: Estas magdalenas salen muy buenas, se mantienen muy suaves durante bastante tiempo guardándolas en recipiente hermético, si es que duran.
Podemos sustituir el limón por naranja, y quedan también sumamente deliciosas.